Primeros cristianos


El tema de los primeros cristianos se utiliza mucho en el opus como supuesto modelo a seguir. Y aunque ya cuando escribí mi libro me dí cuenta de que era un uso fraudulento, tampoco le dí demasiada importancia.


Sin embargo todo lo que está pasando últimamente en nuestro país me ha hecho pensar más en ello.


La gran diferencia de la iglesia hoy, no digamos del opus, con los primeros cristianos es que ellos no tenían ambición política ninguna. Ambición política en el sentido de mandar sobre los demás, organizar las conciencias y dictar el bien y el mal. Dirigir desde la sombra a sus miembros como hace el opus, que en eso son más sibilinos que la conferencia episcopal española.


Los romanos entendieron que los cristianos iban en contra del imperio, el sistema político de entonces, porque para ellos política y religión se confundían. Los dioses de los romanos eran los dioses de la ciudad, como en todos los pueblos antiguos por otra parte. Por eso alguien que viene con un Dios diferente que además no se adapta a ponerse en el panteón, al lado de los demás dioses porque él es único... se comprende que era revolucionario, que iba en contra de lo que se suponía eran los fundamentos del imperio.


En el siglo XX después de 2000 años de historia del cristianismo y específicamente en España, lo que pretende el Opus de que ellos conectan directamente con los primeros cristianos es una broma infantil. Yo recuerdo en algunas clases de teología que cuando se pretendía explicar la aparición del opus dei en la historia del cristianismo se hacía ese recorrido por todas las "formas de vida" religiosa que ha habido. Desde los padres del desierto, Pacomio, san Antonio... hasta los institutos seculares, pasando por los monasterios del monte Athos y las órdenes mendicantes.


Y se nos decía que el opus, se salía de esa serie de "formas de vida consagrada". Que el opus estaba aparte, en una especie de salto mortal. Algo así como si yo ahora dijera que habiendo nacido en Pamplona en tal año no soy de Pamplona. Es decir, un imposible.


Un imposible porque el opus nace en un país hipercatólico, borracho de catolicismo diría yo. Con sus luces y sus sombras.

Es innegable que España ha sido luz de Trento y que la guerra civil del 36 para muchos, también para Escrivá, fue una cruzada. Es decir, que tenemos una historia oficial de identificación de la política con el catolicismo. Ahí está Franco entrando en las iglesias bajo palio, como si fuera el santísimo, y cantando un Te Deum al llegar a Castellón de la Plana en 1958, tengo esa foto específicamente ante mí.


Con lo cual es una mandanga más opusiana pretender que "hemos caído del cielo".


Fuera del opus todo esto parece una memez, pero forma parte del brainwashing. Para que se vea el rigor intelectual del que viven, tanto que a veces se escucha alabar a los "intelectuales del opus" o lo bien que trabajan.


Volviendo a la comparación con los primeros cristianos, cuando nace el opus ya no hay emperadores ni leones en el circo. Hubo persecución religiosa en España y esto sirvió para ilusionar con que "éramos como los primeros cristianos". Pero es sólo un sueño, porque si se persiguió a la iglesia en los años 30 habría que preguntar ¿acaso la iglesia era inocente? Seguramente la persecución la sufrieron los que menos culpa tenían en la iglesia, como siempre suele ocurrir. Pero hay que analizar y pensar que las injusticias se acaban pagando.

Todo tiene una historia y un porqué. Y sabemos que desgraciadamente la iglesia española fue cómplice de las injusticias sociales. Era un elemento más del poder. No se pueden obviar estos hechos. No se pueden ocultar porque son dolorosos y vergonzosos para los que nos decimos creyentes. Son dolorosos y son reales.


Me llamó mucho la atención algo que cuenta Constancia de la Mora en su biografía. Constancia era nieta de don Antonio Maura, político de la restauración. Nació por tanto en una familia privilegiada de principios de siglo. Voy a pasar por su colegio de monjas en Madrid, el clasismo, las niñas pobres, las niñas ricas. Lo dejo. Y me voy a otra cuestión.


Constancia habla de la Congregación de Marías del Sagrario y de las Damas Apostólicas, dos asociaciones religiosas a las que pertenecía su madre. La del Sagrario tenía como misión recoger dinero para que siempre hubiera una lamparilla encendida al lado del sagrario en los pueblos de Madrid, que no faltara el pan y el vino para la consagración. Y estamos hablando de pueblos que vivían en la miseria, sin escuela, sin médico. Donde el propio cura era un pobre más entre los pobres. Pero a las damas de la alta aristocracia madrileña ese tema de la indigencia no parecía preocuparles. Ellas iban a asegurar el voto para el candidato político de turno. Los problemas de miseria, de epidemias y mortandad infantil los tenían que solucionar el parlamento.


¿Y qué decir sobre las Damas Católicas que atendían cada una alguna escuela para niños pobres en las barriadas de Madrid también en la época de la dictadura de Primo de Rivera? lo que importaba a aquellas cristianas damas no era que los niños aprendiesen, se cultivasen, tuviesen un oficio. Lo fundamental era que aprendieran el Catecismo católico.

Y por cierto que las "visitas a los pobres" opusianas también tienen su referente con eso mismo nombre en lo que hacían esas mismas damas pertenecientes a las conferencias de san Vicente de Paúl. Llevar un cuarto de arroz o de lentejas, cien gramos de azúcar para toda una familia a la semana era su gran obra de caridad. Con el añadido de que había que procurar que los hombres se hiciesen del Sindicato católico.


Es sólo un botón de muestra de la España en la que va a florecer el opus dei, recogiendo todo lo peor de los peores ejemplos de la religión como un expediente para tranquilizar la conciencia de los privilegiados. Una auténtica vergüenza.


De manera que todas las pretensiones de Escrivá de ser "inyección intravenosa en el torrente circulatorio de la sociedad" hay que rebajarlas bastante. De inyección intravenosa y de fermento en la masa nada de nada.


En la España de después de la guerra ser católico era una necesidad social, era un aval. Un certificado de buena conducta. Ser católico era algo que se daba por supuesto en toda persona de bien. No puede ser más diferente la situación de los "católicos del opus dei" con los primeros cristianos de los tiempos de las persecuciones.

Pero Escrivá utiliza el señuelo de los primeros cristianos para de esa manera darle fuerza a la "misión" de sus "fieles". Convertir a los demás. ¿Pero convertir a qué? si todo el mundo en España era bautizado por decreto. Convertir no a Cristo, sino a su "grupo", a su "secta". No a un cristianismo primigenio.


Así que está por ver algo que se dice mucho hacia dentro en el opus, "que el Señor inspiró su Obra al Padre", y no tanto hacia afuera. Los que lo dicen saben de sobra que no es verdad y que eso no hay quien se lo trague viendo lo que hacen y a qué se dedica el opus en la iglesia católica en nuestros días.


Ana Azanza

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