Albino Luciani

 

A un blog donde se habla del opus le pega bastante la fotografía de un banco... pero realmente hice esta foto porque en la placa pone que en ese lugar situaba Cervantes dos de sus novelas. Si alguien que ha pasado por este lugar en Valladolid sabe cuáles son y lo dice se agradece, no lo apunté y me hace ilusión ponerlo. Está muy cerca de la casa que enseñan como vivienda de Cervantes en esa ciudad.

Me he leído con más detenimiento lo que cuenta Yallop sobre el papa Albino Luciani, Juan Pablo I, el de los 33 días que murió de forma tan sospechosa. Hoy un ex numerario cuenta que el fundador Escrivá no quería que "sus hijos" pasaran por Barbastro y vieran su casa natal. Era demasiado humilde. Se ve que "desdecía de su cargo y posición". Por lo visto dió la orden de echar a los inquilinos que la habitaban para quedarse con ella, remodelarla y hacer algo más presentable y digno de "su santidad". Y eso no pudo ser hasta los años setenta del siglo pasado. Recuerdo haber hecho un curso anual con una numeraria que ya habitaba en esa casa, convertida en centro de mujeres del opus dei. Debió de ser en 1998.

Es bien conocida la afición a la grandeza de Escrivá, sus cambios en el apellido, el añadido de Balaguer, queda más distinguido, el marquesado que fraudulentamente reclamó y se le otorgó... Si no hubiera destrozado la vida de tanta gente con sus ínfulas aristocráticas nos lo tomaríamos a risa. Pero es bastante difícil por la gravedad del daño que ha infligido y siguen...

La cuestión es que Albino Luciani, que llegó a papa, vicario de Cristo, obispo de Roma, bastante por encima de un simple monseñor, nació en un humilde pueblecito, Forno di Canale, lugar recóndito a 120 km de Venecia. Y no le importaba que se supiera que su padre, socialista de ideas, había viajado por Europa buscando trabajo. Cuando su hijo se hizo cura era soplador de vidrio en Murano. Y en el libro de Yallop sale la foto de sus padres, su madre una mujer del campo de principios de siglo, con el pañuelo negro anudado al cuello. A esa señora, madre de un Papa, jamás se acercaría el Opus a proponerle ni siquiera ser cooperadora.

Y lo que más me ha llamado la atención, de seminarista cuando llegaban las vacaciones de verano, con su sotana y todo no dudaba en ayudar en las tareas del campo. ¡Qué diferencia! También es muy bonito lo que les explicó a sus feligreses cuando le nombraron obispo de Vitorio Véneto en 1958: "la autoridad es pura pompa: es como una pelota a la que acaban de inflar. Si miráis a los niños que juegan en el césped frente a la catedral, veréis que cuando se les pincha la pelota enseguida dejan de prestarle atención. Entonces la pobre pelota puede descansar tranquilamente en un rincón. Pero cuando la inflan los niños se amontonan a su alrededor y todos se sienten con el deber de tratarla a patadas. Lo mismo ocurre con los hombres que ascienden en la vida..."

Bueno, ocurre con ciertos hombres buenos y justos como él. Otros ascienden porque son tan cabroncetes que los demás no tienen más remedio que dejarlos pasar.

En 1962 dos curas de su diócesis participaron de una estafa. Luciani no los protegió en la inmunidad eclesiástica, reunió a sus 400 curas y explicó lo que había y su intención de vender el tesoro eclesiástico y una finca para resarcir la deuda, y por supuesto, no le importó que el peso de la ley civil cayera sobre los culpables.
Cuando fue nombrado patriarca de Venecia renunció al fasto en los desplazamientos y cogía un taxi góndola como cualquier ciudadano. Se presentaba en los hospitales con frecuencia, y esto creaban un séquito que Luciani quería evitar: él iba a visitar enfermos no a pasearse en olor de multitudes. Otra gran diferencia con Escrivá y sus sucesores, que cuando van a la clínica de Navarra por los pasillos les siguen al menos 20 entre directores regionales, médicos de la clínica, autoridades académicas...etc.
En un viaje Luciani quiso visitar una iglesia en Suiza y el encargado salió diciendo que la hora de visitas se había terminado. Luciani se iba tan tranquilo, tuvo que llegar el chófer y explicar que ese humilde sacerdote era el patriarca de Venecia...

En fin, qué recuerdos...de las pocas veces que he visto al prelado del opus de cerca. Era como si un ángel se nos hubiera aparecido a todas, por la preparación de la visita, el stress de las limpiezas, el ambiente de fanatismo que se crea. Recuerdo una discusión con una numeraria francesa sobre un tema esencial y profundo: para ver al Padre es obligatorio llevar medias, de toda la vida... como para la exposición y bendición con el Santísimo.

Si esa persona dejara de ser prelado del opus dei ¿qué le quedaría en esta vida que le diera sentido?

Tengo para mí que si a cualquiera de los megadirectores lo echan de semejante baño de adhesión fanática se busca un puente bien alto para tirarse.
Y hay más cosas de Luciani para otro día.
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Comentarios

karita13 ha dicho que…
Sólo quiero expresar mi profunda admiración por Abino Luciani (Juan Pablo I). hace un tiempo descubri su figura y ha sido extraño porque sin ser cercana a la iglesia me ha cautivado, he leido todos sus escritos y solo puedo decir era un hombre exepcional.

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