Recristianizando por el banquete


Pongo a Juan Marsé, premio Cervantes de este año que ha prometido hablar de la memoria en su discurso el 23 de abril en Alcalá de Henares. Me interesa el tema de la memoria, y el Cervantes.

Tanto que hago críticas a nuestro hispánico atraso mental en este blog, debo reconocer que en literatura la hispanidad en general es una gran potencia.

Intento recuperar y rellenar mis enormes lagunas en esta cuestión, me quedo muerta cuando pienso que hace sólo siete años estaba mental y afectivamente incapacitada para disfrutar de "Ultimas tardes con Teresa". Me ha parecido una muy buena novela, de un gran escritor que no se las da de nada, ni de futurista, ni de modernista, ni de social, ni de experimental o "raro". Simplemente tiene estilo, arte y crea un mundo de sentimientos y personajes que a la vez que son reales son poéticos. Me ha encantado su libro. Me costó más entender "Si te dicen que caí", porque la estructura del relato es más difícil de seguir, pero tampoco me desagradó. Me llega Juan Marsé, su sentimiento vital, su "vocación de escritor".

Como él dice de una buena novela, a la suya le pasa, se mantiene de pie por las propias leyes de la narrativa, que parezca real. Y las tardes con Teresa parece real real.

Para los ex opus que leís y seguís pensando en la vocación opus, lo que dice Marsé que le pasa con la escritura eso sí es una vocación:

"Y si no hago eso ¿qué hago? Esa es otra de las cosas que no sé explicar Hay cincuenta mil teorías pero a mí no me convence ninguna. Creo que en mi caso hay una especie de desajuste con la realidad que me rodea -mi país, mi ciudad, mi época, mi experiencia personal- y que no me acaba de convencer. Posiblemente eso me lleva a la búsqueda de la belleza, a encontrar en la literatura un mundo de experiencias que no he tenido pero he soñado. Quizás sea el afán de sumergirme en un mundo de fantasía en el que la vida podría ser de otra manera lo que me ha llevado a escribir: la novela como réplica a la vida, a la realidad."

Es grave que nos engañaran tanto con la pretendida vocación, con la "recristianización de Europa". Este era el lema allá por la mitad de los ochenta. Juan Pablo II sacó una carta sobre los evangelizadores de Europa, Cirilo y Metodio, san Patricio, y unos cuantos más. El prelado opusiano se apresuró a secundar al papa en la recristianización del continente pionero en cristianismo y actualmente alejándose de la iglesia. Se puso de moda aquello de que Francia era la primogénita de la Iglesia, porque en 599? en Reims el rey merovingio Clovis, Clodoveo fue bautizado por el obispo y con él todo su ejército.

Y se suponía que los opus, como "expertos en humanidad" que éramos teníamos que reconquistar en una nueva "cruzada" Europa para el Señor. Era lo que el papa pedía en su carta "nuevos apóstoles, expertos en humanidad."

Ahora, 20 años más tarde, me cuestiono si la idea de la reconquista espiritual del Viejo continente, partió realmente de Wojtila, o se la chivaron otros... Porque es curioso que las expresiones del papa en su carta de animación a la recristianización a un opusiano le sonaban muy familiares. Era como anillo al dedo: ¡qué casualidad el papa está pidiendo nuevos apóstoles!

Aisladas del mundo, sin el conocimento elemental no ya de la literatura o del cine, sino de cómo funciona realmente la sociedad, de la vida. Programadas como robots, con "cuatro ideas madre" que repetir machaconamente, íbamos convencidas de que esa reconquista espiritual de Europa era nuestra misión. Un encargo del papa nada menos, que por supuesto el opus dei iba a cumplir "antes, más y mejor que nadie".

De ahí también la presión que hicieron opusianos o filo en el parlamento europeo para poner lo de las raíces cristianas de Europa en la constitución europea, moción que finalmente no prosperó.

En la práctica la recristianización de Europa se traducia para nosotras en "más arreones" proselististas, en invitar a nuestras compañeras de facultad a nuestros "mega super planes de fin de semana". Pasar una "soirée" todo chicas, que empezaba por la meditación, en la semioscuridad del oratorio, continuaba con la bendición con el santísimo, y terminaba o bien con una tertulia de san Rafael, bien unas cenas que pretendían ser especiales.

No sé qué pensarían de nosotras aquellas compañeras universitarias que tenían que estar o bien desesperadas o bien aburridas de aguantarnos para acceder a nuestras invitaciones. La verdad que en el opus te enseñan a ponerte muy pesada con la gente, eres como un vendedor a domicilio, siempre anunciando el producto.

Me acuerdo del abbé Pallais, un cura nicaragüense, que nos enseñó a cuento de esto la expresión "se taper la cloche", que significa comer hasta reventar, o algo así. Como un método del que él estaba muy orgulloso y que les funcionaba bien para atraer a los chicos a sus residencias.

En fin, chaladuras de haber hecho la mili....

No tiene que ver: un alumno me ha traducido la famosa tesis de Marx: "ya está bien de hablar del mundo, hay que arreglarlo".

Y otro detalle encantador, pregunté donde estaba la sede de la ONU, contestaron: "en Africa". Claro, lógico, pensaron ¿dónde va a estar la ONU? donde más se necesita... ya les expliqué que no está donde más se necesita sino en el país que más manda.

Comentarios

Isabel C ha dicho que…
Qué bueno lo de tus alumnos Ana!
He ido hoy al art. de Fernando de Torrevelo en opusvalladolid. Hace nada dejé el 1er. comentario. Me he alegrado un montón al ver el apoyo tan grande q ha tenido. Mucha gente con las ideas muy claras.

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