Perros verdes














Se ve que Henri Boulad, el jesuita que envió su carta a Benedicto exponiendo los problemas de la iglesia católica, no gusta a los Opus. Evidente, de él no se puede decir que le falta un tornillo ...


Me ha llamado mucho la atención la última reflexión de Jacinto Choza en opuslibros.org. publicada el lunes 15. Me gusta porque pone en evidencia una evolución con respecto a otros escritos anteriores sobre este tema. No es en vano todo lo que se ha hecho en esa web, nos hemos ayudado cada uno desde su lugar y experiencia a "comprender".


Lo que no sé si entiendo bien es "embaucarse a sí mismo". Que el fundador embaucó a muchos nadie lo discute. Tampoco puedo compartir que ahí se pueda ser "santo", aunque la palabra me horroriza ya, pero vamos a concederla como sinónimo de perfección o de cabalidad humana. Me gusta que reconozca la pérdida de norte del opus a partir de los años sesenta, sabían de dónde venían (de la Cruzada de 1936) pero no sabían adonde iban. Que reconozca el distanciamiento entre discurso de formación dado a miembros y simpatizantes y las prácticas efectivas.


Me entero ¡ahora! de que el periodista barecelonés Luis Carandell, autor de Vida y milagros de monseñor Escrivá, perteneció en sus tiempos... Ni idea. Nadie lo había dicho que yo sepa, en el debate de La Clave Balbín no precisa este particular.


No tengo muy claro las "motivaciones político religiosas" en la entrada de nadie como numerario en el Opus cuando se toman estas decisiones en la adolescencia. Me resisto a ello porque lo he vivido de cerca en muchos casos, incluso cuando se captan adultos como supernumerarios, hay que convencer machacando para hacer adherir a alguien. En esto Lali Riera tenia un arte que otras que aún siguen dentro no le llegan a la suela del zapato.


Los métodos Opus de captación no tienen nada que ver con los de otras formas de asociación religiosa. Es toda una iniciación. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Propagandistas, asociación de los tiempos del franquismo con algunas similitudes con Opus, pienso que ni daban tanta lata a la gente ni por supuesto degeneraron en captar adolescentes.


Sobre la figura jurídica "prelatura personal" fue el mismo del Portillo el que introdujo este plato cocinado en el opus en el menú del Vaticano II. Ellos saben "ver crecer la hierba".


De manera que lo que sólo con Juan Pablo II sería realidad en 1982, lo habían preparado desde 20 años antes, cuando todavía eran instituto secular. El interés de Alvaro del Portillo por estar presente en la comisión que elaboró el decreto sobre la vida y el ministerio de los presbíteros en el concilio encubría la aspiración del Opus a lograr el reconocimiento como Prelatura. Era una fórmula de recambio a la baja, caso de no conseguir ser "prelatura nullius" como la Mission de France. Esto lo saben historiadores y canonistas que no son Opus. Así que no es un secreto.


Y claro está fenomenal lo que dice Choza, si desde 1982 el opus no es nada parecido a un convento, al menos jurídicamente, el opus debería devolver "toas" las propiedades que se han entregado a partir de esa fecha, en virtud del famoso testamento obligatorio antes de la fidelidad, en el que se "aconseja" dejar los bienes patrimoniales al opus dei. Perdón, a sus "asociaciones y fundaciones" tapadera.


Bien mirado ¿qué sentido tiene que un laico "llamado a santificarse en medio del mundo" se desprenda de todo su dinero incluida las futuras herencias familiares? ¿Cómo es posible que nadie en la iglesia haya llamado la atención sobre tan flagrante contradicción?


Todo son "perros verdes" en la vida de esta institución. ¿Cómo se puede hablar de un "decreto que se saca privadamente"? Una ley es algo público, sino es otra cosa. Así actuó del Portillo para apañar la figura de la prelatura personal del derecho canónico a la realidad opusiana que son dos sustancias que subsisten cada una por su lado en la realidad de las cosas propiamente dichas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Se me ponen los pelos de punta al pensar las vueltas y revueltas que me hicieron dar para escribir el testamento. Una niñata de 23 años que no tenía ni idea de lo que era un testaferro, ciega de ignorancia y con una comedura de tarro que no tiene nombre. Desde los 14 años bajo su sombra, nadie te explica nada que te pueda hacer dudar, mejor no te hagas muchas preguntas y, en mi caso, nadie de mi familia podía abrirme los ojos porque también estaban ciegos y sordos. Supernumerarios agobiadísimos por sacar adelante los 11 hijos que Dios les había mandado.
Yo alucinaba porque no tenía nada, ¿qué iba a poner en el testamento? Todos los bienes patrimoniales eran de mis padres. Yo no tenía dónde caerme muerta. Por no tener ni trabajo profesional. 4 ropas y 3 libros era todo mi patrimonio.
Espero y confío que la juventud de hoy, los que estén metidos en el Opus Dei, no sean tan ingenuos e ignorantes como lo fuí yo. Y si lo son que tengan a alguien que por los menos les informen de dónde están metidos para que si en un futuro dejan ese camino no se tiren de los pelos por ignorantes y confiados. Yo desde luego aprendí la lección.
Gracias Ana por tu blog
Isabel C ha dicho que…
He visto hoy esta cita en un periódico atrasado,

"Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa" (Alfred Adler)

Alfred Adler, estudió sobre todo el complejo de inferioridad y su compensación.
Anónimo ha dicho que…
Testamento , para la op que caraduras, es lo único que les importa la * PASTA *

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