La iglesia católica no es sólo cuestión de curas














En este fin de semana de Pentecostés ha tenido lugar la American Catholic Conference, que ya empezó con mal pie porque el obispo de Detroit, Allen H. Vigneron envió una carta el 3 de junio a sus curas y diáconos prohibiendo la asistencia a dicho congreso, puesto que se preveía concelebraciones con cristianos que "no está comunión con Roma". Incluso amenazaba con la excomunión a quien participara.


En dicho congreso, participaron unos 2000 católicos, habló Hans Küng por videoconferencia. El teólogo alemán comparó la iglesia católica actual con la monarquía absoluta de antes de la revolución francesa, se necesita un cambio pacífico pero completo.


Intervino un teólogo americano Mathew Fox autor de dos libros sobre los recientes papados. El último "The Pope's War",  explica lo perjudiciales que han resultado Juan Pablo II y Benedicto XVI para la iglesia católica. Se puede ver más en su web


http://www.matthewfox.org/


Una pregunta que muchos se hacen y nos hacen, es que si la iglesia católica está llevada por la jerarquía y no se atiende a los laicos, por qué nos molestamos en escribir, leer, seguir con este tema Opus Dei y otros parecidos. Incluso parece que si alguien no está dentro del catolicismo no tendría interés asomarse a estas cuestiones. Que hagan los curas católicos lo que quieran, que no nos concierne. 


Pero Fox responde muy razonadamente que hay motivos para no desinteresarse de la cuestión "iglesia católica". Y estos son sus argumentos:




"La iglesia católica romana es con mucho la confesión cristiana más numerosa (más de mil millones de seres humanos son bautizados católicos). Su influencia global es profunda para bien o para mal. Muchas almas generosas se han entregado a su servicio incluso si hoy en día muchos de ellos tropiezan unos con otros intentando salir.
 (¡Qué nos va a contar a todos los que algún día estuvimos "ilusionados" con el Opus Dei e hicimos de ello la razón de nuestra existencia renunciando a lo irrenunciable!)


Cuando la jerarquía católica escoge apoyar a las dictaduras fascistas e incluso imitarlas eso tiene impacto en todos nosotros.
Cuando enseña que el control de natalidad y el preservativo son inmorales mientras el mundo tiene un problema de superpoblación humana y mientras se propagan enfermedades de transmisión sexual como el SIDA, todo eso nos afecta.

Cuando su liturgia absorbe toda la atmósfera religiosa porque viene bien a las necesidades televisivas el culto a una persona vestida de blanco, nos afecta a todos. (Ciertamente muchas de las ceremonias vaticanas tienen una puesta en escena, recuerdo el último cónclave con aquellas enormes puertas que se cerraban, "extra omnes")

Cuando Ratzinger interfirió en las elecciones americanas de 2004 señalando a los obispos católicos que públicamente dijeran que un católico no puede votar por un político que está a favor del derecho a elegir de las mujeres (se refería a Kerry) y el voto de tres estados (Iowa, Ohio y Nuevo Méjico) estuvo determinado por esa intervención como diversos estudios han mostrado, y de ahí llegó el segundo mandato de Bush, es algo que nos afecta a todos.

Cuando los teólogos son apartados al momento por una denuncia mientras que los curas pedófilos gozan de la tolerancia y la protección y sus defensores jerárquicos son incluso promovidos, (véase el cardenal Law), eso nos afecta a todos.


Cuando los cultos fascistas como el Opus Dei, la Legión de Cristo y Comunión y Liberación son promovidos por el Vaticano, nos afecta a todos. 

Cuando son denunciadas las comunidades de base y la teología de la liberación nos afecta a todos. Cuando el espíritu y las enseñanzas del Concilio Vaticano II incluida la apertura a todas las religiones del mundo son rechazados, nos afecta a todos.

Y cuando la moral se reduce casi exclusivamente a las cuestiones sexuales en lugar de a las grandes cuestiones de la supervivencia del planeta, de la justicia social y económica, esto nos afecta a todos. 

El "Pirateo" del nombre y de las enseñanzas de Jesús en nombre de la Eclesiolatría nos afecta a todos.  No son tiempos para quedarnos callados ante los pecados de la religión organizada. Son tiempos para ponernos en marcha."


Afirma este teólogo que no ha sido plato de gusto bucear en el papado de Benedicto XVI, que el Vaticano es un mundo tan oscuro, adusto, lóbrego y deprimente que se sentía como Oscar el Gruñón de Barrio Sésamo


Oscar the Grouch







 
Era como vivir en la basura. ¿Qué hacer? cuando Fox llevaba escrito más de medio libro lo dejó en el estante seguro de que no lo iba a terminar. Todos los libros que ha escrito le han elevado el espíritu menos este. Le deprimía escribirlo. Lo que él rescata del catolicismo es la herencia mística y profética que ha reflejado en otra obra, ahí están los mayores logros de la religión y su potencial futuro.
No estaba en los planes de Jesús crear la ciudad del Vaticano y el clericalismo católico, ambos sirven para quitarle capacidad de acción a los laicos.












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