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REACCION GENUINA OD ANTE ABUSOS


La respuesta del Opus Dei al escándalo del abuso sexual por parte de sacerdotes
 
por Lee Penn



NOTA: El siguiente escrito es un extracto de un artículo escrito por Lee Penn, "Opus Dei & the Da Vinci Code, part II", publicado en el Journal of the Spiritual Counterfeits Project [SCP] (Vol. 29:4-30:1, 2006, pp. 42-67.)  (*) (**) (***)





En segundo lugar, esta es la respuesta del  Opus Dei a la revelación de los abusos sexuales por parte de sacerdotes y el encubrimiento de la jerarquía en la iglesia católica. Es cierto que los activistas e investigadores que han investigado el escándalo han encontrado pocas evidencias de que los miembros del Opus Dei hayan abusado de niños y adolescentes. Es un resultado digno de subrayar y en contraste con los Legionarios de Cristo, un nuevo movimiento eclesial cuyo fundador fue acusado públicamente de acosar seminaristas. Cuando el obispo Kurt Krenn de Austria se vió envuelto en un escándalo en 2004 tras revelarse que los seminaristas poseían pornografía infantil y se hacían a sí mismos fotos comprometidas, un obispo del Opus Dei,  Klaus Küng, fue enviado por Juan Pablo II  para enderezar la situación.

Sin embargo, la respuesta de varios portavoces del Opus Dei a las víctimas puede resumirse en un "que coman pastel".  La disposición que el Opus Dei aporta a la política vaticana al respecto aseguraría la continuación del encubrimiento por un futuro indefinido.


En agosto 2002, el periodista conservador  Rod Dreher escribió en el Wall Street Journal que "al menos que Juan Pablo II ponga en marcha alguna medida seria para restaurar la santidad de la iglesia, empezando por deponer a esa legión de malos obispos,  la crítica papal a la sociedad moderna suenará a hueco en el corazón de los fieles católicos norteamericanos." El destacado cura del Opus Dei John McCloskey replicaba al periódico que una "mnúscula proporción" de "obispos y sacerdotes católicos" estaban implicados en el escándalo, y "que los remedios ya se estaban poniendo en marcha. Espero que el sr.  Dreher tenga un poco más de paciencia. La iglesia tiene un historial bastante bueno. Vuelva a comprobarlo dentro de otros 1000 años."


Otros miembros y amigos del Opus Dei dijeron cosas parecidas. En marzo de 2002, un cura italiano,  Fr. Vimpari, se basaba en las máximas de Escrivá para atacar a “Diogenes,” un columnista de Catholic World News , que había criticado a los sacerdotes salpicados por el escándalo. El sacerdote acusaba a los padres por no enseñar a sus hijos a respetar la jerarquía de la iglesia:  “Lamentablemente no todos los sacerdotes viven en armonía total con la iglesia y sus compromisos sagrados. Una de las figuras más célebres de la iglesia del último siglo, san Josemariá Escrivá, nos recuerda que de hecho el sacerdote, sea cual sea, es otro Cristo (Camino, 66)...Sí, hay crisis en la iglesia en muchos países. Y sí, muchos curas siguen contribuyendo a ella, pero eso debería inspirarnos rezar más por los sacerdotes y por su santidad, antes que ridiculizarlos públicamente en general y hacerlo incluso bajo seudónimos. Después de todo más responsables de la crisis actual son los padres que no educan para nada a sus hijos según los valores del evangelio, incluyendo la falta de respeto y devoción por la estructura jerárquica de la iglesia."

La admonición del padre Vimpari inspirada en Escrivá es lo opuesto a lo que enseñó Cristo. Lejos de asignar privilegios y "devoción a la estructura jeráquica" a sus apóstoles, Cristo llamó a los jefes de la su iglesia a la responsabilidad y a la sencillez "como la de los niños". Cuando los apóstoles preguntaron a Cristo, "¿Quién es el mayor en el Reino de los Cielos?" El les replicó "Verdaderamente os digo que si no os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. El que se hace como un niño, ese es el más grande en el Reino de los cielos. El que recibe un niño en mi nombre a mí me recibe, pero cualquiera que escandalice a uno de estos pequeños más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. " (Mat. 18, 1-6). Después de una discusión entre los discípulos por la posición de cada uno, Jesús les dijo: "Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan y que los grandes las oprimen con su poder. No sea así entre vosotros, sino que si alguno de vosotros quiere ser grande que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero que sea el servidor de todos, de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos (Mat. 20, 25-28).


 Resultado de imagen de piedra de molino al mar



En abril de 2002, el cardenal Julián Herranz, un miembro del Opus Dei al que el periodista John Allen presentó como Fiscal General del Vaticano criticó un clima de "exageración, explotación financiera y nerviosismo en Estados Unidos". Herranz se quejó también del "persistente estilo escandaloso en la prensa norteamericana". Denunció los requerimientos que se hacían para denunciar los abusos a las autoridades civiles, diciendo: "La relación de confianza y de secreto de oficio inherente a la relación del obispo con sus colaboradores sacerdotes, y entre los sacerdotes y los fieles debe ser respetada...Tenemos que oponernos a los esfuerzos por impedir el necesario trabajo pastoral de los sacerdotes con niños y adolescentes, o para desanimar las vocaciones en los seminarios que han sido injustamente difamados." En 2003 el mismo cardenal dijo: "la pedofilia se identifica mínimamente cn la iglesia, afecta escasamente a menos del 1% de los curas, Mientras que en otras categorías de personas, los porcentajes son mucho más altos."
Ratzinger que ahora es el Papa, dijo lo mismo en diciembre de 2002. La realidad intervino pronto. Un informe hecho en 2004 a instancias de los obispos católicos de Estados Unidos dió como resultado que desde 1950 el 4% de los curas católicos de ese país habían sido acusados de acosar sexualmente a menores.
En marzo de 2004 en la reunión "Justicia y procesos penales en la Iglesia" organizada por la Universidad de la Santa Cruz (una institución del Opus Dei en Roma), un cura español del Opus Dei estableció las líneas del partido: mayor indulgencia para los sacerdotes acusados de abuso, y mayor rigor contra la concepción artificial y el aborto. El padre Joaquín Llobell, profesor de derecho canónico y miembro del tribunal vaticano de apelación criticó la política de los obispos católicos norteamericanos adoptada en 2002 "advertencia y estás fuera". Dijo que "el derecho canónico tiene el prejuicio en favor de la rehabilitación del infractor  y busca la proporcionalidad entre el crimen y el castigo, queriendo decir que las penas válidas para todos los casos son extrañas a la tradición canónica." Además criticó "a la Carta Americana para la protección de los niños y los jóvenes por pedir a los obispos que informaran a las autoridades civiles de cualquiera acusación a un sacerdotes, sin distinguir quizás suficientemente el origen de la acusación y su credibilidad." Llobel criticó al Vaticano por "revisar las normas en caso de abuso aprobadas por Juan Pablo II en 2003 que eliminaban la limitación permitida a la Congregación para la Doctrina de la Fe para expulsar a un sacerdote usando medios extrajudiciales y evitando la apelación" de una decisión de esa Congregación. El canonista del Opus Dei opuso las recientes reformas en Estados Unidos y en Roma que tienen como objetivo hacer dimitir a los sacerdotes que abusan, "pero se preguntaba en voz alta porqué los obispos no persiguen a los sacerdotes que toleran el control de natalidad en el confesonario, y aplaude al Arzobispo americano Raymond Burke en su rechazo a dar a comunión a los políticos católicos pro-choice." 

Para algunos católicos americanos de renombre, incluidos los miembros del Opus Dei, la indignación pública de los estadounidenses ante el escándalo de los abusos anuncia el principio de una persecución de la Iglesia Católica y el declive de Estados Unidos, castigo merecido por perseguir a la Iglesia. En 2001 el Cardenal Oscar Rodríguez Madariaga de Honduras, que no es miembro del Opus Dei, lamentó la persecución de los medios de comunicación a la Iglesia Católica en Estados Unidos, y lo comparó con los tiempos de Nerón y Diocleciano, y más recientemente con Stalin y Hitler." Otro no Opus Dei, el cardenal Norberto Rivera, (de México DF) apoyó a Madariaga diciendo que Rodríguez expresa adecuadamente el común sentimiento de muchos de nosotros, cardenales y obispos en Latinoamérica, en el contexto de lo que nos parece ser un ataque generalizado y egoísta a la iglesia católica en Estados Unidos... Mirando la historia de la iglesia se observa que muchas persecuciones empezaron precisamente con la deslegitimación moral de sus miembros y de su jerarquía, con el objetivo de descalificar a la Iglesia y desmantelar su prestigio. Es lo que ocurrió en el siglo pasado con las persecuciones en Méjico, España, en la Alemania de Hitler y en los países comunistas. Es lo que parece que está ocurriendo ahora en Estados Unidos. " El mismo año un canonista asociado al Opus Dei dijo en respuesta al escándalo de abusos aparecido entonces en Boston: "algo le pasará a América para proteger a la Iglesia. Es verdad y está históricamente probado...todo país que en el pasado persiguió a la Iglesia se derrumbó cuando estaba en la cima de su poder."
Es el mensaje de la "mafia de Dios" a América: deja en paz a los sacerdotes y obispos o Dios se encargará de que América vaya al desastre.

Tercero, hasta ahora hay un ejemplo de alegaciones sexuales contra un obispo del Opus Dei, hechas por Alberto Jaimes Berti, abogado de Caracas (y crítico del Opus Dei) que fue asesor legal de la Nunciatura Apostólica (la embajada vaticana) en ese país. Como se dice en Their Kingdom come, en 1970: "el nuncio en Caracas recibió una queja de los padres de dos adolescentes de la diócesis de Margartia, un grupo de islas frente a la costa venezolana. Los padres amenazaban con acciones legales contra el obispo local por acosar a sus hijos y el nuncio temió el escándalo. Pidió a Berti que interviniera. El obispo de Margarita era Francisco de Guruceaga, una de las primeras vocaciones de Venezuela. Berti voló a Asunción en la Isla de Margarita y con la ayuda de una mujer fiscal en el departamento de abusos sexuales se hizo con el expediente de Guruceaga y lo destruyó. Luego negoció un pago de 160.000$ a los padres. El nuncio envió a Guruceaga a Londres para un período sabático donde llevó una existencia secular viajando a placer durante 3 años. En 1973 el nuevo nuncio, Monseñor Antonio del Giudice dió otra oportunidad a Guruceaga y lo nombró obispo de la Guaria, una pequeña diócesis y ciudad portuaria en el distrito federal de Caracas. Según Berti, Guruceaga se consideraba a sí mismo como un prelado mercantil, con licencia para hacer dinero par la obra de Dios. 
Uno de los contratos de Guruceaga fue la venta en 1975 por 2.5 millones de $ de un terreno perteneciente a la diócesis de la Guaira. El dinero desapareció." El siguiente nuncio pidió a Berti que investigara, lo que se hizo, la documentación llegó a Roma. Sin embargo no ocurrió nada, el obispo retuvo el puesto hasta 2001, cuando dimitió a la edad de 73 años. En este caso el gusto por los chicos parecía ir de par con el gusto por el dinero y el obispo se benefició del tradicional encubrimiento eclesiástico. 

Añadamos Perú. Gazteluetagate, que acabó con el "offender" de año sabático.
   





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