PREPARANDO UNA "GUERRA JUSTA"



Un movimiento que dejó perplejos a los observadores Alvaro Portillo pasó varias semanas del verano de 1993 en Warwick House, la casa que la prelatura tiene en Pittsburgh. Su director el numerario John Freeh era hermano de Louis J. Freeh director del FBI con Clinton desde 1993.
Oficialmente Portillo estaba en Pittsburgh para dirigirse a los católicos más visibles de la ciudad. Pero no pasó desapercibido que esta ciudad tiene o tenía su sede la Croatian Fraternal Union of America, una aseguradora de 150 millones de $ de capital y la mayor organización de emigrantes croatas en el mundo. El Presidente nacional de la misma Bernard M.Luketich, gozaba de tal consideración por Roma y Washington que estuvo presente en la delegación oficial de la Casa Blanca que dio la bienvenida a Juan Pablo II en su visita oficial a EEUU en 1995.

LAS operaciones OD en Pittsburgh en los 80 contaban con la colaboración de un joven y enérgico joven sacerdote, el padre Ron Gillis, reclutado como nume cuando era estudiante de derecho en Boston. Gillis tuvo la “gracia” de conocer al founder en Roma y presenció alguna de sus célebres rabietas. Contó que en una ocasión Escrivá se dedicó a tirar las sillas que había a su alrededor gritando que necesitaba más “santos”, es decir, más vocaciones. Gillis contó a un amigo que nunca había querido ser cura pero que el padre le convenció de que tenía una vocación más grande que una casa. Gillis reconoció que OD intentaba reclutar en el Pentágono y que el mismo impartió charlas allí sobre “ética militar”. Poco después se fue de Pittsburgh y en 1992 cuando se iba preparando el estallido de la crisis de los Balcanes volvió a Washington.

En el verano de 1993 y a pesar del embargo de la ONU urgían los planes para armar Croacia. Según el Stockholm International Peace Research Institute, que controlaba el comercio de la armas en la zona, Croacia creó su propia industria armamentística y remozó el material abandonado por el ejército yugoslavo en su retirada. Adquirió armas en Ucrania, unos 200 tanques T-55, 400 , 150 piezas de artillería pesada, 35 lanzadores múltiples de cohetes y 45 helicópteros de asalto. Pero a los croatas les faltaba la técnicas básicas de combate en el campo de batalla.

En enero de 1994 y a través de la Croatian Fraternal Union se fundó la National Federation of Croatian Americans, un lobby registrado en Washington. Luketich tenía contactos en la Casa Blanca al máximo nivel que llegaban a Bill Clinton, Al Gore y Anthony Lake, el consejero nacional de Seguridad. Lake, que se describía a si mismo como un liberal pragmático había servido en dos administraciones anteriores, la de Nixon y la de Jimmy Carter. Ex profesor de ciencia política en Holyroke College en Massachussetts, tenía un doctorado en Filosofía en Princeton, donde pudo haber conocido al cura del “Opus Dei” el padre John McCloskey III, capellán de Princeton que abandonó el puesto en 1990 tras un escándalo mayúsculo por aconsejar a los estudiantes que no se matricularan en los cursos que él estimaba eran doctrinalmente peligrosos.

Dos mese después de la creación del lobby croata en Washington, el ministro de defensa de Zagreb, Gojko Susak, requirió la ayuda de EEUU para formar al cuerpo croata de generales en “military civilian relations, programming and budgeting”. El extremo nacionalismo de Susak, era de Mostar, provocó su huida de Yugoslavia en 1967, estableciéndose en Ottawa con dos hermanos, allí trabajó en una franquicia de Kentucky Fried Chicken. Luego compró una pizzería que gestionó junto con unos libaneses y dedicó sus energías a organizar a los croatas canadienses en colaboración con la Croatian Fraternal Union of America. En 1991 el hermano Susak figuraba como presidente del capítulo de Ottawa de dicha Fraternal Union, en esa fecha regresó a Zagreb para reforzar el golpe militar.

Susak pidió específicamente permiso a la administración Clinton para hacer uso de un grupo de oficiales norteamericanos retirados que operaban en Alexandria (Virginia) bajo el nombre de Military Professional Resources Incorporated. El único problema era que el embargo de armas de la ONU concernía a todo Yugoslavia. Pero el problema se disipó cuando Juan Pablo II visitó Zagreb en septiembre de 1994 con motivo del noveno centenario de la sede episcopal de Zagreb. Tudjman estaba en éxtasis. En conferencia de prensa afirmó que la primera visita papal a los Balcanes desde 1117 significaba el apoyo del Vaticano al intento de recuperar el territorio dominado por los serbios “si es necesario por la guerra”.

“El santo Padre ha venido como apóstol de la paz, como predicador de la cooperación y amistad entre las naciones” añadió. “Su llegada significa apoyo moral por parte de la suprema autoridad moral internacional a la demanda croata del derecho a establecer su propio sistema legal en todo su territorio”. Para mostrar la “gratitud imperecedera” de Croacia a la protección de la Santa Sede dos aviones de combate MiG 21 escoltaron el avión papal en el espacio aéreo croata y las campanas de todas las iglesias resonaron en el momento en que aterrizó en suelo croata.
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Juan Pablo II ante el obispo beato Stepinac, beatificado por él (1998)

En 1519 el papa León X había otorgado a los croatas el título de “Antemurale Christianitatis”, Muralla de la cristiandad, en referencia a su defensa de Europa frente las continuas oleadas de hordas orientales. Casi 480 años después Juan Pablo II volvía a exhortar a los croatas a que se mantuvieran firmes por la cristiandad. Coincidiendo con la visita papal,  el deparmento de Estado dio luz verde a  Military Professional Ressources (MPRI) para firmar un acuerdo de asesoramiento al ministerio de defensa croata. Clinton aprobó la moción tras reunirse con su opusino asesor de seguridad. El MPRI no era cosa  poca monta: estaba formado por 140 empleados y un presupuesto de 7,5 millones de dólares anuales.

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